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Sonia O’Neill, la futbolista canadiense que ahora juega en la Vinotinto

La mediocampista nacida en Toronto reveló su trayectoria profesional, su vida fuera del terreno de juego y su opinión sobre los comentarios que la califican como una “jugadora sexy”. También explicó las razones por las cuales decidió representar a Venezuela y su perspectiva sobre la situación del país.


Sonia O´Neill, nueva figura del balompié femenino de Venezuela. Cortesía.

Aunque podía elegir entre las selecciones de Canadá, Irlanda o Italia, Sonia O’Neill se decantó por representar el tricolor venezolano cuando en noviembre de 2019 fue convocada por la italiana Pamela Conti, director técnico de la Vinotinto femenina, para que formara parte del plantel nacional.


La ciudad de Toronto, Canadá, la vio nacer el 19 de agosto de 1994. De madre venezolana con nacionalidad italiana y padre canadiense con orígenes irlandeses, la volante de primera línea se vio interesada en el deporte rey cuando empezó a dar sus primeros pasos. Su formación futbolística la recibió en el North York Hearts Azzurri y en la Master’s Futbol Academy, en Ontario.


"Mis padres dicen que yo elegí el fútbol, ​​no que ellos lo eligieron para mí. Tengo dos amigos de la familia que ahora los llamo mis primos, con los que crecí. Cuando éramos pequeños nos la pasábamos pateando una pelota. El tío de ellos nos inscribió en una escuela de fútbol cuando yo tenía tres años y así fue como comenzó todo”, cuenta O’Neill.


Cuando era niña, afirma, solía jugar de volante “10” (enganche), pero luego empezó a desempeñarse como volante “8” (mixto) o “5” (contención) por su complexión física. Al cumplir 17 años de edad hizo maletas rumbo a Estados Unidos, donde comenzó a independizarse y jugó fútbol universitario. Pasó por la Universidad de Niágara y luego se graduó en la Universidad del Norte de Florida (UNF).


Sonia hizo vida en la NCAA (máxima categoría de la liga universitaria en EE UU) con el club Ospreys. En su primer año, recuerda, se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla, lesión que le hizo cambiar su manera de trabajar en el campo.


“Mi mentalidad cambió después de ser estudiante y atleta en la UNF. Mi ética de trabajo mejoró drásticamente desde aquella lesión. Ahora no tengo miedo de que nadie me supere. Mis días libres los pasaba en el gimnasio o en una cancha. Aprendí la importancia de hacer las cosas correctamente y manejar las situaciones de manera profesional”, expresa.


Aun así, O’Neill recibió su título en abril de 2017. Recuerda que sus tutores quedaron sorprendidos cuando vieron lo bien que le iba en sus evaluaciones y no era esa “típica atleta” que descuidaba sus estudios por ocuparse solo del deporte.


“La universidad en Estados Unidos era otro mundo. Fue una experiencia única, como ninguna otra. Me encantan todos los recuerdos que tengo de la UNF: vivir en la playa, los amigos que hice, el personal del equipo, etc. Me siento agradecida. Disfruté cada minuto de ella, pero estoy feliz de haberme graduado y de solo enfocarme en el fútbol”, comenta.


Sonia O’Neill en Europa


En mayo de 2017 Sonia se trasladó al viejo continente para uniformarse con el Husqvarna FF, de la Segunda División de Suecia. En su debut marcó dos goles. Luego, en febrero de 2018, fichó con la Roma de la Serie B de Italia. En verano de ese mismo año dio el salto al Pink Bari, de la Serie A italiana, en el que vio acción en 21 partidos.


Su siguiente destino fue el ZNK Split de Croacia, donde disputó la UEFA Champions League Femenina 2019-2020 y marcó un gol. Después se fue al Fleury 91, en la División 1 de Francia, hasta que en enero de 2020 fue presentada por el Rangers LFC, de la Premier League de Escocia.


“Me encanta conocer gente y experimentar nuevas culturas. Jugar en Suecia, Italia, Croacia y Francia fue una gran experiencia. Es difícil adaptarse a nuevos entornos e idiomas, pero mi familia siempre ha dicho que me acostumbro a donde quiera que vaya. Yo aprendo nuevos idiomas rápidamente; aunque a veces es difícil poder expresarse, hacer bromas o entender al entrenador en su idioma nativo”, argumenta.

Sobre su fichaje por el Rangers comenta que se siente “extremadamente feliz”, porque se trata de una de las instituciones más exitosas en el mundo que ahora invierte en el balompié femenil.


“Las instalaciones son increíbles. Creo que disfruto más estar aquí que en casa. Tenemos un personal sumamente profesional, hay mucho talento, excelentes entrenadores y un grupo de chicas que se enfoca en ganar la liga y competir en la Champions League”, expresa.


Pasión por los idiomas


En su tiempo libre solía ​​enseñar inglés como segundo idioma a los niños, jugar PlayStation o practicar baloncesto o voleibol por diversión. “Pero ahora no lo hago porque no quiero arriesgarme a sufrir lesiones. Solo me enfoco en el fútbol con los Rangers”, agrega O’Neill.





Elección por la Vinotinto


Aunque nació en Toronto, Sonia O’Neill confiesa que toda la vida se ha sentido venezolana. Cuenta que formó parte de un programa nacional con el equipo Ontario para representar a la selección de Canadá, pero no se sentía a gusto del entorno en el que se desenvolvía.


“Recuerdo haberle dicho a mi papá que no quería ir a esas prácticas, él mismo puede confirmarlo. Desde que era joven y hasta el día de hoy siempre dije que nunca jugaría para Canadá, así que realmente no había pensado a nivel de selección nacional. Estaba más enfocada en dejar mi marca en los clubes europeos y en ascender cada año”, explica.


Representar al país que lleva “en el corazón” fue lo que la motivó a decantarse por la camiseta de Venezuela. Cuando la seleccionadora Pamela Conti la contactó vía WhatsApp para participar con la Vinotinto en un módulo de preparación llevado a cabo entre el 4 y el 11 de noviembre en Roma, Italia, destaca que llamó a sus padres y sintió una emoción inexplicable, debido a que siempre se ha sentido conectada con sus raíces venezolanas.


“Ser llamada por Pamela Conti fue un honor y un gran sentimiento. Ese módulo me hizo recordar por qué comencé el fútbol; ​​me enamoró nuevamente del juego. A veces, cuando tu pasión se convierte en tu trabajo, la pierdes; pero Venezuela me la trajo de vuelta y estoy más motivada que nunca”, manifiesta.


O’Neill, de 25 años de edad, comenta que en Roma se encontró con un grupo acogedor, amable, positivo y divertido de jugadoras. Ahora cuenta los días para volver a compartir con ellas: “Las chicas me hicieron sentir como si estuviera en casa y de dónde pertenecía. Solo las conocí durante una semana, pero las extraño. Son un grupo increíble de chicas, con gran espíritu y energía. No podría estar más feliz con mi experiencia con ellas”.


En eso precisa: “Siempre le pregunté a mi madre si podíamos vivir en Venezuela. Esta oportunidad de jugar y representar a la Vinotinto llenó esa parte de mí que me falta desde que era niña. Mis primos de Venezuela siempre han dicho que tengo una personalidad venezolana y no entendí a lo que se referían hasta que conocí a todas las chicas del equipo nacional”.


Sonia opina que la Vinotinto femenina es sumamente talentosa, así que necesita mantenerse en forma, enfocada y trabajar duro para volver a integrar una convocatoria. Enfatiza que el combinado necesita mejorar en el aspecto táctico, “que es en lo que Conti se ha centrado”, para conseguir el gran objetivo: clasificar por primera vez a una Copa del Mundo.


"Tengo confianza en que si hago mi trabajo y me concentro en mis comidas, en mis entrenamientos y en mi juego puedo recibir otra convocatoria este año. Nada es regalado. Es un privilegio ponerse esta camiseta, pero eso no garantiza que estaré allí. Debo trabajar duro. Los italianos son famosos por su buena táctica. Si continuamos escuchando a Conti, como lo hemos estado haciendo, podemos clasificar al Mundial”, analiza.



La centrocampista todavía no ha podido conocer a Deyna Castellanos, quien en enero de este año dio el salto al Atlético de Madrid, de la Liga Iberdrola de España, y es una de las jugadoras más mediáticas, reconocidas y destacadas de la Vinotinto. “Creo que las dos estamos enfocadas en la temporada con nuestros clubes, pero espero conocerla en algún módulo y entendernos en el campo”, añade.


“Sé que Deyna es una delantera increíble. Jugó en Florida State University Seminoles, una escuela competitiva que participa en una liga muy competitiva. La gente dice que es solo fútbol universitario, pero no entiende que si juegas al más alto nivel en la División 1 de la NCAA también puedes jugar en Europa”, esboza O’Neill.


Gustos y preferencias de Sonia O’Neill


Su equipo favorito desde niña es el FC Barcelona. Sus futbolistas predilectos son Andrés Iniesta, Xavi Hernández y Andrea Pirlo. En cuanto al fútbol femenino, no tiene preferencias: “Mis jugadoras favoritas son mis compañeras de equipo. Todas los demás compiten conmigo, así que no tengo a nadie como mi favorita”.


La talentosa mediocampista también es seguidora del baloncesto. Stephen Curry y Fred VanVleet son sus basquetbolistas favoritos, mientras que Toronto Raptors es el equipo de la NBA con el que más simpatiza.


Sus gustos musicales varían entre los géneros anglosajones y latinos: “Me encanta el reggaetón, la bachata, la salsa, los afrobeats, el reggae, el Hip-Hop, el R&B y la música brasileña”.

A pesar de que ha vivido gran parte de su vida en Norteamérica, su comida favorita es la venezolana. Le gusta la arepa, la empanada, el pabellón criollo y la cachapa, aunque también le agradan los giroscopios de pollo griego y los nachos. Sin embargo, revela que apenas puede comer ese tipo de alimentos debido al fútbol.


Vida fuera de las canchas


Una de las actividades que más disfruta la volante de contención es maquillarse, lucir vestidos y viajar por el mundo. Mientras está en pleno período de competición no suele gastar mucho dinero, puesto que prefiere emplearlo en sus vacaciones con amigos y familiares. Admite que prefiere vivir experiencias y recuerdos que disfrutar de cosas materiales.



“Esta es la edad y el momento ideal para aprovechar de viajar. Durante la temporada me concentro en el fútbol, ​​pero cuando esta finaliza acostumbro pasar tres semanas viajando con mis amigos de la infancia; también me gusta visitar a mi familia en Barcelona (España), ​​ir a la playa o conocer nuevos países. Después de esas tres semanas vuelvo a entrenar y me preparo para la próxima campaña”, enfatiza.


En cuanto a su vida personal, O’Neill revela que se encuentra soltera. “Tal vez en el futuro encuentre un buen hombre. Creo que Dios traerá a alguien en mi vida en el momento adecuado y me motive y comparta objetivos similares en la vida; pero mi enfoque no está en eso, sino en el fútbol, ​​mi familia y mis amigos”, reitera.


A Sonia no le gustan las injusticias. Aunque nunca ha sido víctima del racismo, sí lo llegó a presenciar cuando jugaba en la Roma. Narra que una vez, estando en el transporte público, ayudó a una mujer que llevaba a un niño en brazos, en vista de que nadie le quería ceder el puesto a esta última por su color de piel.


“Muchos hombres y mujeres permanecían sentados en sus asientos sin hacer nada. Cuando hice esto, la mujer casi tenía lágrimas en los ojos mientras me daba las gracias. Eso realmente me partió el corazón. Me sentí triste y a la vez enojada”, recuerda.




Sonia O’Neill, un boom en redes sociales


O’Neill no solo es conocida por su trayectoria, sino también por su atractivo físico. Cuando fue convocada por Pamela Conti para la selección absoluta de Venezuela, y así sumar su primera experiencia internacional, usuarios de las redes sociales no dudaron en busca su nombre para comenzar a seguirla.


Con más de 66.000 seguidores en Instagram, comenta que ha recibido muestras de apoyo “increíbles” y que no esperaba recibir tanta atención de parte de los usuarios, puesto que obtuvo 30.000 seguidores en solo tres días y quedó “en shock”.


No obstante, Sonia también ha sido objeto de los prejuicios machistas. Medios de comunicación buscan generar visitas con sus “fotos calientes” o la reseñan como la “nueva jugadora sexy de la Vinotinto”. Pero ella no muestra inconvenientes ni se siente denigrada por eso, más bien considera que es algo normal.


"Personalmente, no me ofende el hecho de que la gente en Venezuela hable más de mi apariencia física que de mi fútbol, porque todavía no me han visto jugar. Hasta ahora han visto fotos y videos cortos, así que entiendo el porqué. Por ahora, solo están comentando sobre mi apariencia, eso es todo lo que han visto. Si veo una foto de un jugador de fútbol masculino y nunca lo vi jugar, también comentaría su apariencia”, justifica.


Independientemente de la cantidad de seguidores que tiene, se califica como una persona común y corriente que solo busca perseguir sus sueños. “Aunque aprecio todos los comentarios positivos y el apoyo, soy la misma chica si tuviera cuatro seguidores o 4.000.000 de seguidores. Creo que una vez que esté jugando, si hago mi trabajo y juego como puedo, la gente comenzará a centrarse más en mi fútbol que en mi apariencia”, añade.


Perspectiva sobre la situación del país


Sonia O’Neill piensa que Venezuela es un país hermoso, lo ha visitado en varias oportunidades, tanto en su infancia como en su adolescencia. “El Ávila, las playas, la gente, la cultura, el clima, la comida, todo es hermoso para mí”, dice.


Sin embargo, es consciente de la delicada situación que golpea al país. Narra que cuando estudiaba en Estados Unidos elaboró una presentación para su clase y un grupo de personas de la universidad sobre la crisis venezolana.


“En ese entonces, mucha gente no estaba al tanto de lo que pasaba. Mis padres, tíos, primos y amigos siempre me informaban de la situación, y también lo presencié de primera mano cuando lo visité a los 18 años. Es desgarrador. Oro todos los días por Venezuela. Es extremadamente triste ver a un país tan hermoso pasando por tiempos tan difíciles. Desearía que la situación fuera mejor”, detalla.


O’Neill declara que se siente orgullosa y afortunada de honrar a su familia materna. “Saber que represento a un país con tanta energía positiva, incluso en tiempos difíciles, fue un gran sentimiento. Me da la oportunidad de darles esperanza a los niños pequeños y solo mostrarles que no importa dónde se encuentren o por lo que estén pasando. Todavía me siento emocionada, feliz y bendecida de ponerme esta camisa”, añade.


Sobre su porvenir, indica que no suele planificar su vida, sino que sencillamente confía en Dios para que la guíe por el camino correcto. “Cuando me propongo algo, lo cumplo. Por ahora estoy enfocada en ser la mejor futbolista y persona que puedo ser. Clasificar con el Rangers para la Liga de Campeones y con Venezuela para la Copa del Mundo es mi principal objetivo”, concluye.


Fuente: Manuel Alejandro Ramírez | El Diario | Info Net Latam.

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